Onicofagia, ¿cómo dejar de morderse las uñas? | Dentinos Skip to main content

La onicofagia, el hábito de morderse las uñas, es una conducta que afecta a personas de todas las edades y puede generar diversas consecuencias negativas, tanto estéticas como para la salud. 

Si te encuentras entre aquellos que luchan contra este hábito, no estás solo. Afortunadamente, existen diversas estrategias y herramientas que pueden ayudarte a dejar de morderte las uñas y recuperar el control sobre tus manos. 

En este artículo, exploraremos qué es la onicofagia, sus posibles causas, sus consecuencias y, lo más importante, descubriremos métodos efectivos para superarlo. 

¿Qué es la onicofagia?

La onicofagia, comúnmente conocida como el hábito de morderse las uñas, se define como una conducta repetitiva que va más allá de un simple tic nervioso. 

Se caracteriza por la ingesta o mordida frecuente de las uñas, ya sean de las manos o de los pies, y puede llegar a ocasionar diversas consecuencias negativas tanto estéticas como para la salud. 

Si bien la onicofagia puede afectar a personas de cualquier edad, es más común en niños y adolescentes, y suele estar asociado a momentos de estrés, ansiedad o aburrimiento. 

En algunos casos, la onicofagia puede convertirse en un trastorno obsesivo-compulsivo, lo que requiere atención psicológica especializada. 

¿Cómo se manifiesta la onicofagia?

Las personas que padecen onicofagia suelen presentar algunos o todos los siguientes síntomas: 

  • Morderse las uñas hasta el punto de sangrar o dañar la piel alrededor de las uñas. 
  • Uñas rotas, desgastadas o con un aspecto irregular. 
  • Dificultad para dejar de crecer las uñas. 
  • Sentir vergüenza o incomodidad por el aspecto de las uñas. 
  • Evitar situaciones sociales debido a la onicofagia. 

¿Cuáles son las causas de la onicofagia?

El hábito de morderse las uñas es un comportamiento que afecta a personas de todas las edades y puede tener diversas causas, tanto psicológicas como ambientales. 

Factores psicológicos

  • Estrés y ansiedad: son desencadenantes comunes de la onicofagia. Cuando las personas se sienten abrumadas o ansiosas, pueden recurrir a morderse las uñas como una forma de liberar la tensión o canalizar sus emociones. 
  • Aburrimiento: la falta de actividad o estimulación mental puede llevar a la onicofagia como una forma de ocupar el tiempo o buscar una sensación de control.
  • Baja autoestima o problemas de imagen personal: las personas que se siente inseguras sobre su apariencia física pueden morderse las uñas como una forma de autodesprecio o para ocultar sus manos. 
  • Trastornos mentales: la onicofagia puede estar asociada a trastornos mentales como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o la tricotilomanía (trastorno de arrancarse el pelo). 

Factores ambientales

  • Observación de otros: morderse las uñas puede ser un comportamiento aprendido por la observación de familiares, amigos o compañeros que también lo hacen. 
  • Imitación: los niños pequeños pueden imitar el comportamiento de los adultos que los rodean, incluyendo el hábito de morderse las uñas. 
  • Falta de acceso a cortaúñas o limas: si las personas no tienen a mano herramientas para cuidar sus uñas, pueden recurrir a morderlas como una forma de mantenerlas cortas o arregladas.
  • Factores genéticos: algunas investigaciones sugieren que la onicofagia puede tener un componente genético, lo que significa que las personas con antecedentes familiares de este trastorno pueden tener mayor predisposición a padecerlo.

Es importante destacar que la onicofagia no suele ser causada por un solo factor, sino por una combinación de ellos.

¿Cuáles son las consecuencias de la onicofagia?

Más allá de la apariencia estética poco atractiva que puede generar, la onicofagia puede acarrear consecuencias negativas para la salud:

A nivel físico

  • Daños en las uñas: el mordisqueo constante debilita las uñas, las hace quebradizas y las vuelve más propensas a romperse, descamarse e incluso infectarse. 
  • Lesiones en los dedos: morderse las uñas puede provocar heridas, sangrado e incluso infecciones en los dedos debido a los cortes y la manipulación brusca. 
  • Transmisión de gérmenes: las uñas que se muerden suelen estar llenas de bacterias y gérmenes que pueden transferirse a la boca, aumentando el riesgo de infecciones orales como aftas o herpes labial
  • Problemas de salud periodontal: morderse las uñas puede dañar las encías y contribuir al desarrollo de enfermedades periodontales como la gingivitis o la periodontitis

A nivel psicológico

  • Sentimientos de vergüenza y culpa: la onicofagia puede generar sentimientos negativos como la vergüenza, culpa y baja autoestima debido a la apariencia de las ans y la conciencia del hábito. 
  • Ansiedad y estrés: el hecho de ser consciente de la onicofagia y de sus consecuencias negativas puede aumentar los niveles de ansiedad y estrés, creando un círculo vicioso que exacerba el problema. 
  • Dificultades en las relaciones sociales: la onicofagia puede afectar a las relaciones sociales, especialmente en situaciones donde se requiere interacción cercana con otras personas. 

¿Cómo podemos superar la onicofagia?

Dejar de morderse las uñas puede ser un reto, pero no es imposible. Hay varias estrategias que pueden ser útiles, tales como: 

Modificación del comportamiento

  • Identificar los desencadenantes: el primer paso para asegurar la onicofagia es identificar las situaciones o emociones que te llevan a morderte las uñas. 
  • Técnicas de autoconciencia: practicar técnicas como la atención plena o el mindfulness puede ayudarte a ser más consciente del momento en que estás a punto de morderte las uñas y redirigir tu comportamiento. 
  • Refuerzo positivo: recompensarte por los logros alcanzados, como pasar un día sin morderte las uñas, puede ayudarte a mantenerte motivado. 

Terapia

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): la TCC puede ser muy útil para identificar y modificar los pensamientos y patrones de comportamiento negativos que contribuyen a la onicofagia. 
  • Terapia de aversión: esta terapia implica asociar el comportamiento de morderse las uñas con una consecuencia desagradable, como un sabor amargo o un leve schock eléctrico. 

Medicamentos

  • En algunos casos severos, un médico puede recetar medicamentos para ayudar a controlar la ansiedad o la compulsión de morderse las uñas. 

Tratamientos alternativos

  • Acupuntura: la acupuntura puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, que son desencadenantes comunes de la onicofagia. 
  • Biofeedback: esta técnica utiliza señales corporales para ayudar a las personas a desarrollar un mayor control sobre su comportamiento, incluyendo la onicofagia. 

La onicofagia no solo es un mal hábito, sino que puede tener consecuencias negativas para la salud física y mental. Si te resulta difícil dejar de morderte las uñas, no dudes en buscar ayuda profesional. Con las herramientas y el apoyo adecuado, puedes superar este hábito y cultivar una relación sana con tus uñas y contigo mismo. 

Consecuencias de la onicofagia para la salud bucodental

La onicofagia no solo tiene consecuencias estéticas negativas, sino que también puede traer consigo diversos problemas para la salud bucodental. A continuación, te presentamos algunos de los principales daños que la onicofagia puede ocasionar en tu boca:

Desgaste dental

El mordisqueo constante de las uñas desgasta el esmalte dental, la capa protectora externa de los dientes. Esto los vuelve más vulnerables a las caries, la sensibilidad dental y el desgaste prematuro. Con el tiempo, el desgaste dental severo puede incluso provocar la fractura o pérdida de los dientes. 

Problemas en las encías

Las bacterias y gérmenes que se acumulan bajo las uñas pueden transferirse fácilmente a la boca durante el mordisqueo. Esto aumenta el riesgo de infecciones en las encías, como la gingivitis y la periodontitis. Estas enfermedades inflamatorias pueden causar daños en los tejidos blandos que rodean los dientes, e incluso llevar a la pérdida de hueso y dientes si no se tratan a tiempo. 

Trastornos temporomandibulares (ATM)

Morderse las uñas con frecuencia puede generar un exceso de tensión en la articulación temporomandibular (ATM), la articulación que conecta la mandíbula con el cráneo. Esto puede ocasionar dolor, chasquidos articulares, dificultad para abrir o cerrar la boca y otros síntomas molestos. 

Infecciones

Las uñas mordidas pueden albergar una gran cantidad de bacterias y hongos. Si te muerdes las uñas y luego te tocas la boca, la nariz o los ojos, puedes transferir estos microorganismos y aumentar el riesgo de infecciones. 

Mal aliento (halitosis) 

Las bacterias que se acumulan debajo de las uñas y en la boca debido a la onicofagia pueden contribuir al mal aliento. La saliva no puede limpiar adecuadamente estas áreas cuando se muerden las uñas, lo que permite que proliferen las bacterias causantes del mal olor. 

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