Herpes labial ¿por qué sale y cómo se contagia? | Dentinos Skip to main content

El herpes labial, también conocido como herpes febril, aparece como agrupaciones de diminutas ampollas en el área del labio y alrededor de la boca. Estas ampollas provocan enrojecimiento, inflamación y sensibilidad en la piel circundante. Por lo general, el proceso de curación abarca un período de 7 a 10 días. Es importante destacar que el herpes labial es más contagioso durante el lapso en que las ampollas aún no han sanado por completo. ¿Quieres saber más sobre el herpes labial? Te contamos todo lo que necesitas saber, ¡sigue leyendo!

¿Qué es un herpes labial?

El herpes labial es una infección viral común caracterizada por la presencia de diminutas ampollas llenas de líquido en los labios o su entorno. Estas ampollas tienden a agruparse, formando manchas que, al romperse, generan una costra que perdura durante varios días. Por lo general, el proceso de curación del herpes labial abarca un periodo de 2 a 3 semanas, sin dejar secuelas cicatrizales.

Este trastorno viral puede transmitirse de persona a persona a través del contacto cercano, como por ejemplo, mediante el acto de besar. La causa principal de su aparición suele ser el virus del herpes simple, con predominancia del tipo 1, y en menor medida, el tipo 2. 

Ambos virus pueden afectar tanto la región bucal como genital, siendo el contagio posible incluso en ausencia de lesiones visibles. El herpes labial, una vez presente, no tiene una cura definitiva, pero existen tratamientos que pueden controlar los brotes.

¿Cuáles son los síntomas del herpes labial?

El herpes labial típicamente atraviesa diversas etapas, cada una acompañada de síntomas distintivos:

  • Hormigueo y picazón 

Previo a la aparición visible, muchas personas experimentan sensaciones de picazón, ardor o hormigueo alrededor de los labios, persistiendo aproximadamente un día. Este malestar precede a la formación de un pequeño punto duro y doloroso, marcando el inicio de las ampollas.

  • Ampollas 

Las ampollas, pequeñas y llenas de líquido, se desarrollan comúnmente a lo largo del borde de los labios. En ocasiones, estas pueden surgir alrededor de la nariz, las mejillas o incluso dentro de la cavidad bucal.

  • Secreción y costras 

Posteriormente, las pequeñas ampollas tienden a fusionarse y romperse, dando lugar a llagas abiertas que presentan secreción. Con el tiempo, se forma una costra sobre estas lesiones en proceso de cicatrización.

Los síntomas varían según si se trata del primer brote o de una reaparición. En el primer episodio, los síntomas pueden manifestarse hasta 20 días después de la exposición inicial al virus. Las llagas suelen persistir por varios días, mientras que las ampollas pueden requerir de 2 a 3 semanas para sanar completamente. En los casos de brotes recurrentes, las ampollas tienden a aparecer en el mismo lugar y suelen ser menos intensas que en el primer episodio.

Adicionalmente, en el primer brote, es posible experimentar síntomas generales como fiebre, dolor en las encías, dolor de garganta, dolor de cabeza, dolores musculares e inflamación de los ganglios linfáticos. En niños menores de 5 años, el herpes labial puede manifestarse dentro de la boca, siendo importante distinguirlo de las aftas, ya que estas últimas no están vinculadas al virus del herpes simple y afectan solo la membrana mucosa.

¿Qué causa la aparición del herpes labial?

La aparición del herpes labial se atribuye a ciertas cepas del virus del herpes simple, siendo el tipo 1 la principal causa de este trastorno. Mientras que el virus del herpes simple tipo 2 suele asociarse al herpes genital, ambas variantes pueden transmitirse a la cara o genitales mediante contacto cercano, como besos o sexo oral. Compartir utensilios para comer, cuchillas de afeitar y toallas también puede propiciar la diseminación del virus tipo 1.

La facilidad de contagio aumenta cuando las ampollas están presentes y secretan líquido, pero es importante destacar que el virus puede transmitirse incluso en ausencia de ampollas visibles. Además, muchas personas portadoras del virus del herpes simple, causante del herpes labial, pueden no manifestar síntomas externos.

Una vez que se ha experimentado un episodio de herpes labial, el virus se puede mantener latente en las células nerviosas de la piel, pudiendo provocar nuevos brotes en la misma área

La reaparición del herpes labial puede ser desencadenada por diversos factores, como infecciones virales, fiebre, cambios hormonales asociados al ciclo menstrual, estrés, fatiga, exposición solar o al viento, alteraciones en el sistema inmunitario, y lesiones en la piel. Estos desencadenantes pueden reactivar el virus, resultando en la manifestación de nuevas ampollas y síntomas asociados al herpes labial.

¿Tengo que ir al médico si tengo un herpes labial?

En la mayoría de los casos, el herpes labial tiende a desaparecer por sí solo sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, es aconsejable buscar la atención de un profesional de la salud en las siguientes situaciones:

  • Si tienes un sistema inmunológico débil: si tienes un sistema inmunológico debilitado, ya sea debido a condiciones médicas o medicamentos que afectan la respuesta inmunológica, es recomendable consultar con un proveedor de atención médica.
  • Si no se cura pasadas dos semanas: si el herpes labial no muestra signos de curación después de dos semanas, es prudente buscar asesoramiento médico para evaluar la situación.
  • Si tienes síntomas más graves: en caso de experimentar síntomas severos asociados al herpes labial, como dolor intenso, inflamación extensa o complicaciones inusuales, se aconseja la consulta médica para recibir una evaluación adecuada.
  • Si el herpes aparece recurrentemente: si el herpes labial reaparece de manera recurrente, con episodios frecuentes, es recomendable discutir este patrón con un profesional de la salud. Esto puede indicar la necesidad de estrategias preventivas o un enfoque de manejo más específico.
  • Si tienes dolor o sensación de arenilla en los ojos: la presencia de dolor o sensación de arenilla en los ojos en asociación con el herpes labial puede requerir atención médica inmediata, ya que podría indicar una afectación ocular que necesita evaluación y tratamiento especializado. 

Posibles complicaciones del herpes labial 

El virus responsable del herpes labial puede, en algunos casos, generar complicaciones que afectan otras áreas del cuerpo, incluyendo las siguientes:

Puntas de los dedos 

Tanto el virus del herpes simple tipo 1 como el tipo 2 tienen la capacidad de afectar las puntas de los dedos, dando lugar a una infección conocida como herpes panadizo. En niños que suelen succionarse el pulgar, existe la posibilidad de transmitir la infección de la boca a los pulgares.

Ojos 

En algunas situaciones, el virus puede provocar infecciones oculares, pudiendo generar cicatrices y lesiones en caso de episodios recurrentes. Estas complicaciones oculares pueden dar lugar a problemas visuales o incluso pérdida de la vista.

Diseminación por otras zonas 

Individuos que padecen de dermatitis atópica, una afección cutánea, enfrentan un mayor riesgo de diseminación del herpes labial por todo el cuerpo. En casos extremos, esto puede evolucionar hacia una situación de emergencia médica.

Es fundamental reconocer que, aunque el herpes labial suele ser una afección autolimitada, en determinadas circunstancias puede generar complicaciones que requieren atención médica especializada. La propagación del virus a otras áreas del cuerpo, especialmente los ojos o la piel, puede dar lugar a problemas de salud más serios, resaltando la importancia de buscar asesoramiento médico en caso de síntomas inusuales o complicaciones potenciales.

¿Cómo prevenir el desarrollo del herpes labial?

En la Clínica dental Dentinos defendemos que la prevención es el mejor tratamiento. Por eso os traemos una serie de consejos para prevenir el desarrollo del herpes labial y mantener una sonrisa sana:

  1. Evita besos y contacto con la piel durante ampollas: evita dar besos y de tener contacto directo con la piel de otras personas mientras tengas ampollas. La transmisión del virus es más probable cuando las ampollas están en el estado de pérdida de líquido.
  2. Evita compartir artículos personales: no compartas cubiertos, toallas, bálsamo labial u otros artículos personales durante episodios de herpes labial, ya que estos objetos pueden diseminar el virus, especialmente cuando hay ampollas presentes.
  3. Mantén las manos limpias: lavarte las manos cuidadosamente cuando tienes herpes labial es crucial. Esto ayuda a prevenir la propagación del virus, tanto al tocarte como al tener contacto con otras personas, especialmente bebés.

Adoptar estas medidas preventivas no solo reduce el riesgo de contagiar a otros, sino que también contribuye a gestionar y minimizar la recurrencia de los episodios de herpes labial. En caso de dudas o necesidad de orientación específica, siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud.

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