¿Te han salido alguna vez esas molestas en la boca que dificultan comer y hablar? Esas pequeñas úlceras, conocidas como aftas, pueden aparecer por diversas razones y causar bastante incomodidad.
En este artículo, profundizaremos en las causas más comunes de las aftas en la boca y te proporcionaremos los tratamientos más efectivos para aliviar el dolor y acelerar la cicatrización.
¿Qué son las aftas bucales?
Las aftas en la boca, también conocidas como úlceras orales o aftas recurrentes, son pequeñas lesiones que aparecen en la mucosa de la boca. Estas llagas, generalmente redondas y dolorosas, suelen tener un centro blanco o amarillo rodeado de un borde rojo. Aunque son comunes y, en la mayoría de los casos, no son graves, pueden causar molestias significativas al hablar, comer y beber.
Características principales de las aftas
- Ubicación: pueden aparecer en cualquier parte de la boca, pero son más frecuentes en el interior de las mejillas, debajo de la lengua, en la base de las encías y en el paladar blando.
- Dolor: las aftas son conocidas por su intenso dolor y sensibilidad, lo que puede dificultar las actividades diarias.
- Duración: suelen durar entre 7 y 10 días, aunque en algunos casos pueden persistir por más tiempo.
- No contagiosas: a diferencia del herpes labial, las aftas no se transmiten de una persona a otra.
Causas de las aftas en la boca
Las causas de las úlceras bucales son diversas y, en algunos casos, pueden ser difíciles de identificar. Sin embargo, existen algunos factores que se han asociado comúnmente con la aparición de estas úlceras.
- Lesiones bucales: morderse la lengua, los labios o las mejillas, así como las lesiones por aparatos dentales o prótesis, pueden desencadenar la aparición de aftas.
- Infecciones: aunque menos frecuente, algunas infecciones virales o bacterianas pueden estar relacionadas con la formación de aftas.
- Deficiencias nutricionales: la falta de ciertas vitaminas y minerales, como el hierro, la vitamina B12 o el ácido fólico, puede debilitar el sistema inmunológico y favorecer la aparición de aftas.
- Cambios hormonales: las mujeres suelen experimentar brotes de aftas durante la menstruación o el embarazo debido a las fluctuaciones hormonales.
- Estrés y ansiedad: el estrés crónico puede debilitar el sistema inmunológico y favorecer la aparición de aftas.
- Alergias e intolerancias alimentarias: algunos alimentos, como los cítricos, el chocolate, el café o los frutos secos, pueden desencadenar reacciones alérgicas o intolerancias que se manifiestan en forma de aftas.
- Medicamentos: ciertos medicamentos, como los antibióticos o los tratamientos contra el cáncer, pueden causar aftas como efecto secundario.
- Enfermedades sistémicas: algunas enfermedades, como el Crohn o la enfermedad de Behçet, pueden estar asociadas con la aparición recurrente de aftas.
En muchos casos, la causa exacta de las aftas no se identifica. Sin embargo, al conocer los factores de riesgo más comunes, podemos tomar medidas para prevenir su aparición y aliviar los síntomas.
Síntomas de las aftas bucales
Las úlceras bucales suelen causar una serie de molestias que pueden afectar significativamente la calidad de vida. Aunque los síntomas pueden variar en intensidad y duración, los más comunes incluyen:
- Dolor intenso: las aftas son conocidas por su dolor agudo, que puede empeorar al comer, beber o hablar.
- Sensación de ardor: antes de que aparezca la úlcera, muchas personas experimentan una sensación de ardor o picazón en la zona afectada.
- Inflamación: la zona alrededor de la afta suele estar inflamada y enrojecida.
- Úlcera blanca o amarilla: la afta en sí misma tiene un centro blanco o amarillo y un borde rojo.
- Dificultad para comer y hablar: debido al dolor y a la ubicación de las aftas, puede resultar difícil realizar estas actividades diarias.
Tratamientos para las aftas bucales
Las úlceras bucales suelen desaparecer por sí solas en unos días, pero existen diversos tratamientos que pueden ayudar a aliviar el dolor y acelerar la cicatrización.
Tratamientos caseros
- Enjuagues bucales: realizar enjuagues con agua salada tibia varias veces al día puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor.
- Aloe vera: aplicar gel de aloe vera directamente sobre el afta puede ayudar a calmar la irritación y promover la cicatrización.
- Evitar alimentos irritantes: es recomendable evitar alimentos ácidos, salados, picantes o muy picantes, ya que pueden empeorar el dolor y la irritación.
Medicamentos de venta libre
- Anestésicos locales: productos como la benzocaína pueden aliviar el dolor al adormecer la zona afectada.
- Antiinflamatorios: los antiinflamatorios orales pueden ayudar a reducir la inflamación y el dolor.
- Geles y pastas: existen diversos productos de venta libre en forma de gel o pasta que contienen ingredientes como el ácido hialurónico o la hidrocortisona, los cuales ayudan a acelerar la cicatrización y aliviar el dolor.
Tratamientos médicos
En casos de aftas recurrentes o muy dolorosas, es recomendable consultar a un dentista. El dentista puede recetar medicamentos más potentes, como:
- Corticosteroides: estos medicamentos reducen la inflamación y pueden acelerar la cicatrización.
- Antisépticos: ayudan a prevenir infecciones secundarias.
Prevención de las aftas bucales
Aunque no siempre es posible prevenir por completo la aparición de úlceras bucales, existen varias medidas que puedes tomar para reducir el riesgo de sufrirlas.
Higiene bucal adecuada
- Cepillado regular: cepilla tus dientes tres veces al día con un cepillo de cerdas suaves para eliminar la placa bacteriana y los restos de comida.
- Uso de hilo dental: el hilo dental ayuda a eliminar la placa y los restos de comida que se acumulan entre los dientes.
- Enjuague bucal: utiliza un enjuague bucal antiséptico para reducir la cantidad de bacterias en la boca.
Cuidado con la alimentación
- Evita alimentos irritantes: reduce el consumo de alimentos ácidos, picantes o muy calientes, ya que pueden irritar la mucosa bucal.
- Consume una dieta equilibrada: una dieta rica en vitaminas y minerales, especialmente del grupo B, puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico.
Gestión del estrés
- Relajación: practica técnicas de relajación como la meditación, el yoga o el tai chi para reducir el estrés.
- Descanso suficiente: asegúrate de dormir las horas suficientes para que tu cuerpo pueda recuperarse.