¿Sabías que el estrés puede desencadenar esas molestas aftas en la lengua que conocemos como llagas? Aunque a menudo son inofensivas, las aftas en la lengua pueden causar un gran malestar al hablar, comer o simplemente sonreír. ¿Te gustaría saber por qué aparecen y cómo puedes aliviar rápidamente sus síntomas?
En este artículo, te explicaremos las causas más comunes de las aftas, los factores que pueden agravarlas y te ofreceremos algunos consejos prácticos para cuidar tu boca y acelerar la cicatrización.
¿Qué son las aftas en la lengua?
Las aftas bucales son pequeñas llagas o lesiones que aparecen en la mucosa de la boca. Estas llagas suelen ser redondas u ovaladas, y presentan un centro blanquecino o amarillento rodeado de un borde rojizo. Aunque pueden aparecer en cualquier parte de la boca, son muy comunes en la lengua, las mejillas internas y las encías.
Causas de las aftas en la lengua
Las aftas en la lengua pueden tener diversas causas, que a menudo interactúan entre sí. A continuación, exploraremos los principales factores que pueden desencadenar estas molestas lesiones:
Factores físicos
- Lesiones bucales: cualquier tipo de lesión en la boca puede desencadenar la aparición de aftas. Esto incluye:
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- Morderse la lengua, los labios o las mejillas.
- Rozar con aparatos dentales.
- Quemaduras por alimentos o bebidas calientes.
- Lesiones por prótesis dentales mal ajustadas.
- Hidratación bucal inadecuada: una higiene bucal deficiente puede favorecer la proliferación de bacterias y aumentar el riesgo de desarrollar aftas. Esto incluye:
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- No cepillarse los dientes con regularidad.
- No utilizar hilo dental.
- No limpiar la lengua.
- Alimentos irritantes: algunos alimentos pueden irritar la mucosa bucal y favorecer la aparición de aftas. Los más comunes son:
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- Alimentos ácidos.
- Alimentos picantes.
- Alimentos salados.
- Alimentos duros o ásperos.
Factores sistémicos
- Estrés y ansiedad: el estrés y la ansiedad pueden debilitar el sistema inmunológico y favorecer la aparición de aftas.
- Cambios hormonales: las fluctuaciones hormonales, como las que ocurren durante la menstruación o el embarazo, pueden estar relacionadas con la aparición de aftas.
- Deficiencias nutricionales: la falta de ciertas vitaminas y minerales, como la vitamina B12, el hierro y el ácido fólico, puede debilitar el sistema inmunológico y aumentar la susceptibilidad a las aftas.
- Enfermedades sistémicas: algunas enfermedades crónicas, como la enfermedad de Crohn, la celiaquía, el VIH y el lupus, pueden estar asociadas con la aparición recurrente de aftas.
- Medicamentos: ciertos medicamentos, como los corticosteroides y algunos tratamientos contra el cáncer, pueden aumentar el riesgo de desarrollar aftas.
Síntomas de las aftas en la lengua
Las aftas bucales se caracterizan por una serie de síntomas que pueden variar en intensidad según el tamaño y la ubicación de la lesión. Los más comunes son:
- Dolor: es el síntoma más característico. Las aftas suelen ser bastante dolorosas, especialmente al comer, beber, hablar o cepillarse los dientes. La sensibilidad puede aumentar al entrar en contacto con alimentos ácidos, salados o picantes.
- Enrojecimiento e inflamación: antes de que aparezca la úlcera, la zona afectada suele estar enrojecida e inflamada. Esto puede provocar una sensación de ardor o quemazón.
- Úlcera: la lesión en sí misma es una úlcera de forma redonda u ovalada, con un centro blanco o amarillo y un borde rojo. El tamaño puede variar desde unos pocos milímetros hasta varios centímetros.
- Sensación de cuerpo extraño: algunas personas describen una sensación de tener algo atrapado en la boca, lo que puede dificultar el habla.
- Dificultad para comer y beber: debido al dolor y la sensibilidad, las aftas pueden dificultar la ingesta de alimentos y bebidas, especialmente aquellos que son calientes o picantes.
Tratamientos de las aftas en la lengua
El tratamiento de las aftas bucales busca aliviar el dolor, acelerar la cicatrización y prevenir futuras apariciones. A continuación, te presentamos las principales opciones:
Tratamientos caseros
- Enjuagues con agua salada: el agua salada tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias que pueden ayudar a aliviar el dolor y acelerar la cicatrización. Se recomienda hacer enjuagues con agua tibia y una pequeña cantidad de sal varias veces al día.
- Aplicación de aloe vera: el aloe vera tiene propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes. Aplicar gel de aloe vera directamente sobre la afta puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor.
- Evitar alimentos irritantes: es importante evitar alimentos que puedan irritar la zona afectada, como los alimentos ácidos, picantes, salados o duros.
Medicamentos de venta libre
- Anestésicos locales tópicos: estos medicamentos, como la benzocaína, alivian el dolor al adormecer la zona afectada. Se presentan en forma de gel, pasta o spray.
- Antiinflamatorios orales: los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno o el naproxeno, pueden ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor.
¿Cuándo consultar al dentista?
En la mayoría de los casos, las aftas sanan por sí solas en un plazo de 7 a 10 días. Sin embargo, es recomendable consultar a un dentista en las siguientes situaciones:
- Aftas recurrentes: si las aftas aparecen con frecuencia, puede ser necesario realizar un examen más exhaustivo para identificar la causa subyacente.
- Aftas muy dolorosas: si el dolor es intenso y no se alivia con los tratamientos caseros, es importante acudir al dentista.
- Aftas que no sanan: si las aftas no muestran signos de mejora después de varias semanas, puede ser necesario realizar un cultivo para descartar una infección.
- Sospecha de una infección más grave: si las aftas están acompañadas de otros síntomas, como fiebre, ganglios linfáticos inflamados o dificultad para tragar, es importante consultar a un médico o dentista de inmediato.
¿Cómo prevenir las aftas bucales?
La prevención de las aftas bucales es fundamental para mejorar nuestra calidad de vida y evitar el malestar que estas lesiones provocan. A continuación, detallamos algunos consejos prácticos para prevenirlas:
Cuidados bucales
- Cepillado regular: cepíllate los dientes tres veces al día con un cepillo de cerdas suaves y pasta de dientes con flúor. Presta especial atención a la línea de las encías y a la lengua.
- Uso de hilo dental: el hilo dental ayuda a eliminar la placa bacteriana y los restos de alimentos que se acumulan entre los dientes, previniendo la irritación de las encías.
- Enjuagues bucales: utiliza enjuagues bucales sin alcohol para ayudar a mantener una buena higiene bucal y reducir la cantidad de bacterias en la boca.
Alimentación equilibrada
- Incluir alimentos ricos en vitaminas y minerales: una dieta equilibrada y rica en vitaminas del complejo B, vitamina C, hierro y zinc puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y prevenir la aparición de aftas.
- Evitar alimentos irritantes: identifica y evita los alimentos que desencadenan tus aftas, como los cítricos, los alimentos picantes, los frutos secos y los alimentos muy ácidos.
- Mantenerse hidratado: beber suficiente agua ayuda a mantener la mucosa bucal hidratada y saludable.
Gestión del estrés
- Técnicas de relajación: practica técnicas de relajación como la respiración profunda, la meditación o el yoga para reducir los niveles de estrés.
- Dormir lo suficiente: un descanso adecuado ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y a reducir la susceptibilidad a las infecciones.
- Hacer ejercicio regularmente: la actividad física regular ayuda a reducir el estrés y a mejorar la salud en general.