Un diente podrido puede generar preocupación y malestar significativo. Las caries no tratadas, la acumulación de placa y otros factores pueden llevar a la descomposición dental, lo que resulta en lo que comúnmente se conoce como un diente podrido.
Este estado puede causar dolor, sensibilidad y afectar la funcionalidad bucal. En este artículo, hablaremos de cómo se trata un diente podrido, así como de diferentes formas de evitar que un diente llegue a podrirse.
¿Qué es un diente podrido?
Un diente podrido es un término coloquial que describe un diente que ha experimentado un deterioro extenso debido a la descomposición dental, generalmente causada por caries no tratadas o daño estructural severo. Esta condición se caracteriza por la destrucción progresiva del tejido dental, incluyendo el esmalte, la dentina y posiblemente la pulpa, la parte interna del diente que contiene nervios y vasos sanguíneos.
La caries es la principal causa del deterioro dental. Cuando las bacterias presentes en la placa dental interactúan con los azúcares de los alimentos y las bebidas, producen ácidos que erosionan el esmalte dental, creando pequeñas cavidades. Si estas cavidades no se tratan, pueden crecer y alcanzar capas más profundas del diente, debilitándolo y causando más daño.
¿Cuáles son los síntomas de un diente podrido?
Dolor dental
Puede variar desde molestias leves hasta dolores agudos y persistentes. La sensación de dolor puede ser punzante, pulsátil o constante, y tiende a empeorar al masticar o al exponer el diente afectado a cambios de temperatura, como alimentos fríos o calientes.
Sensibilidad dental
El diente afectado puede ser sensible al calor, al frío, a los alimentos dulces o ácidos. Esta sensibilidad se manifiesta como un dolor breve y agudo al entrar en contacto con estímulos térmicos o alimenticios.
Cambio en la apariencia del diente
Se pueden observar manchas oscuras en la superficie del diente o incluso agujeros visibles que indican la presencia de caries avanzadas. En etapas más graves, pueden aparecer fracturas o fisuras en la estructura del diente.
Mal aliento
La descomposición dental puede dar lugar a la liberación de gases y compuestos malolientes, causando mal aliento persistente.
Inflamación de las encías
A medida que la descomposición progresa, puede afectar las encías circundantes, causando inflamación, enrojecimiento o sensibilidad alrededor del diente afectado.
Abscesos o hinchazón
En situaciones avanzadas, cuando la infección alcanza el tejido interno del diente (pulpa) o se extiende hacia los tejidos circundantes, puede formarse un absceso dental. Esto se manifiesta como hinchazón en el área afectada, acompañada de dolor intenso, enrojecimiento y posible secreción de pus.
Dificultad para masticar
El malestar y la sensibilidad pueden dificultar la masticación y la aplicación de presión sobre el diente afectado al comer alimentos duros o pegajosos.
Es importante acudir a la clínica dental tan pronto como se experimenten estos síntomas, ya que un tratamiento a tiempo puede ayudar a prevenir complicaciones más graves y tratamientos más invasivos.
¿Cómo tratar un diente podrido?
El tratamiento para un diente podrido depende del grado de deterioro y puede variar desde opciones conservadoras hasta procedimientos más invasivos.
- Empastes dentales: en etapas tempranas de descomposición, cuando la caries aún no ha alcanzado las capas más profundas del diente, el odontólogo puede eliminar la caries y colocar un empaste dental para restaurar la forma y la función del diente. Los empastes pueden ser de amalgama, compuestos de resina o cerámica.
- Tratamiento de conducto (endodoncia): cuando la descomposición alcanza la pulpa dental, provocando una infección o daño significativo, se realiza una endodoncia. Este procedimiento implica la eliminación del tejido pulpar infectado, la limpieza del conducto radicular y el sellado para evitar futuras infecciones. El diente se restaura con un empaste o una corona dental para fortalecer su estructura.
- Coronas dentales: para dientes gravemente dañados por la descomposición, se puede recomendar una corona dental. Esta cubierta protectora, hecha de cerámica, porcelana, metal o una combinación de materiales, se coloca sobre el diente después de eliminar la caries y darle forma. Ayuda a fortalecer el diente debilitado y restaura su funcionalidad.
- Extracción dental: en casos avanzados donde la descomposición es extensa y el diente no puede ser restaurado, la extracción dental puede ser la opción necesaria. Una vez extraído el diente dañado, se pueden considerar opciones de reemplazo, como implantes dentales, puentes o prótesis.
- Tratamientos periodontales: si la descomposición ha afectado las encías y el tejido de soporte del diente, pueden ser necesarios tratamientos periodontales adicionales, como limpiezas profundas o cirugía periodontal, para restaurar la salud de las encías y los tejidos circundantes.
La elección del tratamiento dependerá del estado específico del diente y las recomendaciones del odontólogo tras una evaluación exhaustiva. El objetivo principal es preservar la funcionalidad y la salud oral, así como evitar la progresión de la descomposición hacia otras áreas de la boca.
¿Como evitar que se pudra un diente?
Evitar que un diente se deteriore o se pudra implica mantener una buena higiene oral y adoptar hábitos saludables.
- Cepillarse los dientes al menos dos veces al día con pasta dental con flúor ayuda a eliminar la placa bacteriana y prevenir la formación de caries. El uso del hilo dental diariamente es igualmente importante, ya que alcanza áreas donde el cepillado no llega, reduciendo así la acumulación de restos de comida y placa.
- Reducir la ingesta de azúcares y carbohidratos refinados puede ayudar a prevenir la formación de caries. Consumir una dieta equilibrada y rica en frutas, verduras y productos lácteos contribuye a la salud dental al proporcionar nutrientes importantes para los dientes y las encías.
- Los chequeos dentales periódicos son esenciales. Los exámenes dentales regulares permiten detectar problemas en etapas tempranas y recibir tratamiento preventivo o curativo antes de que se agraven.
- Los selladores son recubrimientos protectores aplicados en las superficies de masticación de los dientes posteriores para prevenir la acumulación de bacterias y reducir el riesgo de caries.
- Usar enjuagues bucales con flúor puede fortalecer el esmalte dental y reducir el riesgo de caries. Además, en algunos casos, el odontólogo puede recomendar tratamientos con flúor para fortalecer los dientes y prevenir la descomposición.
- El tabaquismo y el consumo de tabaco pueden aumentar el riesgo de enfermedades periodontales y caries, por lo que dejar de fumar es crucial para mantener una buena salud dental.
Estos hábitos y prácticas de higiene oral forman parte de una rutina integral que ayuda a prevenir la descomposición dental y mantener una sonrisa sana a largo plazo.